domingo, 1 de noviembre de 2015

SPIN

En las relaciones públicas, "spin" es un término peryorativo para hacer referencia al modo en que alguien retrata un acontecimiento o una situación de modo muy tergiversado, en beneficio propio. 

No es nada más allá de lo que todos hacemos con nuestras vidas: cualquier cosa que nos sucede la llevamos más allá de la simple situación, siempre, claro está, buscando ventajas y más ventajas para nosotros. ¿Y es esto malo? En un principio, no; lo realmente malo es que no lo hagamos.

Hay momentos en los que ninguna circunstancia es "digna" de nuestra atención, nada nos parece que vaya a producirnos un beneficio, sino más bien un calentamiento de cabeza innecesario. Nos acomodamos en nuestra incomodidad, nos sentamos a ver pasar en una pantalla imaginaria nuestra vida cada día, como si no formásemos parte de ella. Porque siempre llegarán tiempos mejores, dicen.

Por la facilidad de acción que supone, mucha gente se instala en esa posición durante, prácticamente, toda su vida. El "no estoy bien, pero tampoco estoy mal", les es suficiente. Otras personas, sin embargo, lo convierten en un "no estoy mal, pero tampoco estoy bien" que les jode la vida a ratos. Y, como (a pesar de todo) orgullosa perteneciente de este último grupo, creo que me estoy dando cuenta de que no es cuestión de comprarse ropa, conocer gente nueva* ni beber cerveza masivamente. La solución no está fuera, sino dentro. 

Tal vez, hay personas a las que las etapas de la vida le afectan especialmente. El fin de una y el comienzo de otra, para ellas, es irreversible y totalmente necesario. Lo jodido de todo esto, es que la mayoría de veces no se sabe cuándo acabar ni cómo empezar. Y menos aún, se sabe el por qué se necesita. 

Pero hay una cosa más jodida aún: ¿y si el cambio que tienes planeado no es suficiente? Entonces solo queda confiar en el destino y en su menosmalqueexiste factor inesperado. Al fin y al cabo, los cambios que realmente marcan son los que no se esperan, pero tampoco es gratificante sentarse a esperar lo inesperado.

En fin, me remito (más o menos) al título de una película: ¿qué debes esperar cuando estás esperando?

*(PD: No, Javi, no me sirve esa terapia, pero por tu culpa me he descargado aquí, así que te perdono.)

sábado, 10 de octubre de 2015

Un 20

Últimamente solo aparezco por aquí cuando no estoy del todo contenta. Hoy no: hoy estoy oficialmente indignada. La respuesta al por qué, no la tengo. Quizá porque el hecho de estar mucho tiempo alegre necesita equilibrarse con estar un poco triste a ratos. O tal vez porque, a veces, el vaso sí que está ligeramente vacío.

El caso es que el café hoy me hace llorar. Y los libros; y las películas; y las ideas. Esas que suelen decirte que "tienes lo necesario para ser feliz", pero que a veces se convierten en un "no, no es suficiente". Nunca lo es. 

¿Por qué nos quitan el derecho a no conformarnos?
"Hay que ser feliz con lo que tiene." "Cada uno vive lo que le toca vivir." "Es lo que hay. Y punto."
¿Tan malo es admitir que se necesita más? Que no me vale con un 10; que yo quiero un 20.

Y quiero hacer cosas nuevas, ver sitios nuevos, conocer gente nueva. Que soy de los que prefieren malo por conocer que bueno conocido. Y sentir, joder, que nadie se acuerda de que no consiste solo en repetir las emociones que ya conocemos. Parafraseando a Sara Herranz: "Somos demasiado jóvenes para estar tan tristes."

Pero luego están los estudios de los que depende el resto de tu vida, los amigos de siempre, la familia de siempre y la rutina que no cambiamos casi nunca. Y cuando lo hacemos, nos damos cuenta de que "lo de siempre" no condiciona el futuro y de que el resto de tu vida puede cambiar a cada hora. Sin embargo, siempre hay una hostia que te devuelve a la realidad y te ata de pie y manos con una cuerda aún más fuerte que la de antes.

Al final me doy cuenta de que detrás de tanto pensamiento revolucionario, solo soy una cobarde que espera número por número a que acabe la cuenta a atrás para soltarse. O que la suelten.

jueves, 1 de octubre de 2015

Tan complejos y tan simples

Somos tan complejos y tan simples a la vez que, a pesar de nacer solos, necesitamos sentirnos parte de un grupo, una pieza más de un "algo". Se nos olvida ser especiales en medio de otros tantos, nos vale con estar presentes en alguna clase de multitud.

Somos tan complejos y tan simples a la vez que medimos nuestra vida por minutos y a pesar de eso necesitamos tener siempre 20 relojes cerca para estar seguros. No vaya a ser que nos sintamos libres demasiado tiempo.

Somos tan complejos y tan simples a la vez que aunque nos maten las ganas, damos un paso a atrás, evaluamos el terreno y, si tiene algún indicio de tierras movedizas, nos rajamos. Por si somos absorbidos y aparecemos en un sitio demasiado desconocido.

Somos tan complejos y tan simples que nos entusiasmamos, luchamos, se nos complica y lo apartamos. No vaya a ser que algo tan aparentemente bueno pudiese salir bien.

Somos tan así, que vamos dejando un rastro de sueños en el camino hacia la realidad, que es jodida, pero realista al menos.


Y luego nos quejamos de estar tristes.



martes, 22 de septiembre de 2015

Los últimos románticos (La Habitación Roja)

"Eres mi talón de Aquiles,
un viaje al infinito,
la felicidad más grande,
un dolor insoportable.

Si amanece que no es poco,
aunque me dejes plantado,
cruzaré el norte del norte,
seguiré todos tus pasos.

Cuando no se haga de noche
pescaré donde pescamos,
cuando no se haga de día
les diré que estás dormida.

Lo único que es para siempre
es lo que se ha perdido,
aunque subas a la Luna,
aunque llegues hasta Marte.

Mis ganas de cambiar el mundo,
todas se fueron contigo,
y jugamos como nunca
y perdimos como siempre.

No se ha vuelto a hacer de noche,
no se ha vuelto a hacer de día,
los bosques ya no preguntan,
el viento ya no responde."


domingo, 20 de septiembre de 2015

Reflexión 1

Tal vez, el fin es encontrar a una persona con quien puedas actuar con todas tus rarezas
y que las entienda,
y que incluso le gusten (no simplemente por aceptarte, sino porque de verdad lo sienta). 

Creo que esa es una de las formas de libertad más maravillosas que existen. Y la libertad es la cosa más valiosa del mundo.


miércoles, 19 de agosto de 2015

Revolución con media melena

No entiendes por qué el mundo gira en tu contra,

que tengas que estar triste cuando el vaso se desborda.

Que las suelas de esos zapatos no sean totalmente planas:
"joder, ¿por qué esta mierda de rayas?"

Que cuando te ríes demasiado te asalte un hipo hirritante;

que no te guste la mierda de música de aquel idolatrado cantante.

Que cuando todo va derecho siempre haya algo que se tuerza.

Y que en lugar de vivir sin paredes,
la gente abra y cierre puertas.

Que solo puedas escribir cuando estas enfadada 
y mientras lo haces, tu inspiración se quede en nada.

Que no vuelen los barcos,
que no naden los coches.

Que quieras sacar más,
pero no sepas de dónde.

Para entonces, ya eres una revolución con media melena,
jodiendo los cables que mueven tu planeta.

Volviendo a establecer ciertas conexiones perdidas;
intentando hacer fuego de las flores caídas.



sábado, 15 de agosto de 2015

Cruz

Estabas besando botellas,
consiguiendo estrellas,
estrellándote tú.

Girando en un sin sentido;
tú, la reina del ruido;
del mapa, la cruz.

Gritando en medio del bosque
donde todos te oyen 
sin saber que eres tú.

Carcajadas, eufórica saltabas,
con la música, volabas 
a través de la luz.

Y el mundo se desmoronaba,
pero no te importaba
a esa altitud.


Ahora las sigues besando 
y sigues saltando
y rompiendo la luz.

Y aunque en el bosque 
ya nadie te oye
sigues siendo la reina 
de este pub azul.

martes, 14 de julio de 2015

Infinitos

Para Javi, porque se la tenía que devolver, y porque es Javi:

He despertado con la luz apagada y un enorme interrogante ilumando la habitación.
 
Estoy en un punto que no sé si es final o principio; en ese caos me encuentro yo, con mi vestido nuevo y mi botella de vodka.

Vivo mis 21 años perdiendo y ganando cosas a partes no muy iguales, pero los vivo; y es que la juventud es solo una excusa para volvernos locos. 

A veces caigo en la cuenta de que todo pende de un hilo y de que (parafraseando a un buen anuncio) "impossible is nothing". En esos momentos (parafraseando a una buena película) juro que me siento infinita.

He descubierto que no quiero ser la elección de nadie para sentar la cabeza, pero quiero ser la primera elección de alguien para salir corriendo. Y que puedo ser lo que sea menos un estereotipo de lo que suele ser.

Lo cierto es que me arriesgo a decir que, el 90% de las veces, la mitad de las barreras que convierten a algo en imposible son solo psicológicas. Somos la generación del "quiero, puedo y me da igual si no debo".


Así que, cuando entro en crisis existencial, termino riéndo, porque somos jóvenes, libres y el mundo es jodidamente nuestro.


martes, 7 de julio de 2015

Tus

Nos dejamos la piel y me llevé
tus lunares,
tus pecas, 
tus cicatrices.

Cerraste la boca y se borró 
el color rojo,
la media sonrisa,
el diente que muerde el labio inferior.

Te tapé los ojos y no dejé
tus pestañas 
la mirada perdida
los párpados caídos.

Te peiné y te quité
ese pelo despeinado.

Te solté y se fueron 
tus manos infinitas,
tus dedos fríos.

Me dejaste 
y me llevé
todo lo que era mío.


jueves, 11 de junio de 2015

En busca de los sueños

Y de pronto me agobié. ¿Y si llega un momento en el que inevitablemente nos atrancamos? En el que no tenemos dinero ni ganas de seguir buscando, y la ciudad en la que siempre habíamos soñado vivir se nos vuelve sosa y plana. 

El momento en el que los sueños ya los hayamos alcanzado o no nos apetezca seguir persiguiéndolos. ¿Es posible llegar a ese punto? Y, lo que da más miedo aún, ¿por que no iba a serlo? 

Entonces la vida perdería todo el sentido. Aunque, quiere decir que, si esto pasase, significaría que antes sí que lo tuvo. Y el antes es ahora. Todo lo que hacemos se basa en darle forma y felicidad a nuestra vida y no nos damos cuenta de que justo ESA BÚSQUEDA es lo que nos levanta, nos mantiene en pie y nos pega empujones para salir adelante.

La felicidad es soñar ahora lo que será mañana.

miércoles, 27 de mayo de 2015

CLIMBING

'Climbing - Lionel Richie' sonando.

Con el móvil en la mano y esperando su llamada. Acurrucado en la cama, escuchando esa música que le hacía acurrucarse más. Cerveza en la otra mano.
La cerveza subiendo y los problemas bajando. Deja la cerveza, se pasa la mano por el pelo y se despeina de nuevo. Así era como decía que le gustaba.
Joder, es libre, pero así no. Era libre con ella: riéndose de cosas ridículas por la calle, y en esa cama escuchando aquella canción mientras buscaban nuevos escritores modernos por Twitter. 
Nada en su ordenador ya es lo mismo: ya no hay canciones tristes, ya no hay poemas nostálgicos en páginas sueltas de Word. Ya NO.
Ya no hay llantos que intentar entender ni mensajes llenos de caos indescifrable, porque ahora nadie le arrastra al mundo de la nostalgia, solo él, y él nunca ha tenido demasiado músculo. Deja el móvil, se levanta de la cama, se mira al espejo y sonríe.


Cerveza en mano. Bailando descalza y en bragas por la habitación, tropezándose con las tantas cajas que tiene esparcidas por el suelo.
Después de cada trago de cerveza sube un poco más el volumen de la música. Le falta el aire y le sobran las ganas.
Es libre y más feliz que nunca. Ahora puede pasar toda la tarde bailando sin dar explicaciones de qué hace o deja de hacer. Ahora puede perderse durante 3 días y que nadie la reclame. Ahora SÍ.
Ahora puede escaparse sin que nadie la detenga, porque a nadie le importa que desaparezca, porque nadie la va a echar de menos. Coge el móvil y lo aprieta entre sus manos. Se sienta en el suelo, se mira al espejo y se derrumba.

martes, 26 de mayo de 2015

Era tarde

Era tarde, pero demasiado temprano para irse a la cama. Llevaba todo el día rodeada de apuntes con una caligrafía bastante mejorable y la luz del flexo le escandilaba los ojos. No había estudiado nada; la mitad de la tarde la había pasado mirando por la ventana. Y parecía que la noche iba a seguir el mismo patrón.

Whatsapp: "Cris dice de ir al McDonald, ¿te apuntas?"

Las 0:01 en el ordenador, buena hora para una hamburguesa. En realidad, cualquier hora es buena hora para una hamburguesa. Se quita la camiseta de tirantes y se pone la del pijama. Chaquetón de sábado noche y aquí no ha pasado nada. En los pies, sabrinas, que las zapatillas ya exceden el look de andar por casa. Un poco de colorete y fuera.

"Mierda, las llaves". Vuelve dentro, las busca, pero no las encuentra y las vuelve a buscar. "Cabronas, ¿qué coño hacéis vosotras debajo de las medias?".

La puerta se abre. Ella se gira. Él se acerca. Ella lo mira. "¿Qué coño haces tú aquí?".
La puerta se cierra. Él inspira. Ella se rompe. Él chilla: "la pregunta es: ¿qué coño hacía que no vine aquí antes?".



 

viernes, 22 de mayo de 2015

Cicatrices


Se quitó el maquillaje, la ropa, los agobios y se recogió el pelo en una cola alta, porque ya lo tenía lo suficientemente largo como para mojarse las puntas. Hoy no había tiempo para Spotify, estaba demasiado cansada.

El jabón en la esponja antes que el agua; el agua en la mano izquierda antes que en el resto del cuerpo para comprobar la temperatura. Y ahora sí: agua hirviendo para desinfectar la mente.

No recordaba sus recientes heridas producidas por los zapatos nuevos. Y escocían. Ni si quiera el agua caliente podía aliviarlo todo. Y es que siempre habrá algo, fuera o dentro de la ducha, que esté jodiendo.



Sale de la ducha, se tropieza con el cable del secador y muere electrocutada.

Es coña, no voy a matar a la protagonista por muchas nuevas heridas jodidas que tenga. Todas, al final, se curan completamente o se convierten en cicatrices, pero no duran para siempre.

¿Era la única rara a la que le gustaban las pequeñas cicatrices? Tatuajes de momentos duros y posiblemente claves de la vida que no han podido contigo y ahora solo son una simple e inofensiva marca. Cicatrices como símbolo de victoria. Cicatrices como método de memoria.

Se lo podía quitar todo al entrar a la ducha, pero jamás se irían las huellas que quedaron tras la lucha.


martes, 19 de mayo de 2015

Sueños lentos y aviones veloces

Estoy borracha de recuerdos y no sé cómo vomitarlos. 

"Sueños lentos y aviones veloces", y es que Izal tenia toda la razón: soñamos demasiado despacio y las cosas pasan excesivamente rápido.

Seamos razonables: llegas, ves a la persona por la que pierdes el culo porque te lo roban mientras lo miras y ni te enteras, y dices "hola". Un hola es un hola; no es la música que suena de fondo, no son las miradas y no es lo que puede venir después; es un simple y puto hola. Y mientras tú lo estás decorando, el resto del mundo sigue su paso y pasa de ti y de tus mierdas.

Estoy hasta los cojones (perdón, hasta los ovarios) de idealizar. Y es que es obvio: todo lo que pasa en tu cabeza, se queda en tu cabeza. Esperamos que por arte de magia inventada la gente vea el mundo como nosotros. ¿Enserio? Somos inútiles. No estamos en un jodido videoclip.

Y lo peor, el colmo, el límite, lo gracioso del asunto es que nosotros mismos nos creemos toda la parafernalia que inventamos.

Volar está bien, pero tenemos que ser conscientes de que la cuerda que nos ata al suelo no la vigila nadie.

Vida, déjame vomitar toda esta estupidez. Tengo tanto alcohol en la sangre como recuerdos inventados. Y todo sobra.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Mariposas

Me preocupaba no tener tiempo para echarte de menos. Hoy te he visto cada 4 horas, como las pastillas. Porque te has convertido en mi droga y, a la vez, en mi medicación.

Pero la felicidad en exceso preocupa, y me he dado cuenta de que lo nuestro tiene fecha de caducidad, y he empezado a querer echarte de mi cuarto menos (y eso que aún no te has ido del todo). Te extraño incluso cuando te tengo delante, mirándome con esos ojos que podrían iluminar el mundo entero, pero que quiero que solo encandilen a los míos.

Ahora escucho la música fuera y sé que estarás ahí, bailando hasta tú sabrás qué hora con yo qué sé cuantas de la misma forma que lo haces conmigo, pero a la vez no.

Y te echo aún más de menos por tenerte tan cerca y a la vez tan lejos, sabiendo de antemano que aún lo estarás más en poco tiempo.

Nunca me han gustado las relaciones serias, pero solo porque esta noche te hubieses quedado conmigo habría firmado 10 contratos matrimoniales.
Si hubieses sabido que hoy te habría dejado quedarte a dormir, quizá tú estarías aquí ahora y yo no estaría escribiendo esto.

Te echo de menos, joder, ya van más de 5 horas. Voy a preparar una cuerda para atarte mañana a la silla de mi cuarto y que no puedas moverte mientras te digo eso de: "Vete ya, pesado".

A lo mejor no es solo por las horas, sino también por las mariposas. Han llegado hoy; las has traído tú junto a ese beso en el cuello. A ellas también las echaba de menos.

Dormiré en bragas; he tenido que cerrar la ventana para dejar de escuchar la música y parar de imaginarte. No quiero que se escapen las mariposas, al menos hasta mañana.

                             ***

Al final has venido a verme a medio de la fiesta, con más alcohol que sangre, pero has venido. Y yo no he querido abrirte la puerta porque, joder, quiero echarte de menos.



sábado, 28 de febrero de 2015

GATOS

Esta noche vamos a tirar la casa por el tejado y la vamos a empezar por la ventana. Porque, al mal tiempo, una copa. Y a lo hecho, otra para olvidarlo. Y es que es mejor beber que callar, porque quien calla no sabe el placer que da gritar. Si nos sobrepasamos, ¿qué más da? Una vez al año se permite hacernos daño.

Te propongo pasar la noche sembrado tempestades y recoger mañana el viento que quede. Pero cuidado, que de noche todas las gatas son fieras porque más vale gato en mano que cientos maullando. Además, muerto el perro solo quedan gatos. Que más sabe la gata por fiera que por gata…

Pero vamos, no te asustes. Quien evita la ocasión se pierde el peligro. Piensa mal y verás que el mal no es tan malo. Porque no hay mal que por locura no venga, y todos sabemos que un loco saca a otro loco (como si de clavos se tratase). Más vale malo conocido que bueno por conocer. Porque lo bueno siempre termina aburriendo. Y lo sabes.

Piensa que, al final, los gatos siempre tiráis al monte, porque sabéis que más vale estar solo que siempre en la misma compañía. Y ni se te ocurra decir: “Yo de esa boca no beberé”, porque cuando hay sed cualquier boca es buena. Acabarás diciendo: “Dámelo y dime tonto, pero dámelo”.  Que sobre gatos ya hay demasiado escrito.

Sin embargo, es cierto que el que la sigue, si no la consigue del todo, al final se cansa. Por eso, donde una vez hicimos fuego ahora solo quedan cenizas. “Busca gatos y te sacaran los ojos”, decían. Porque a quien a buen vertedero se arrima, buena sombra le cobija, pero se me escapó el detalle de que estaba repleta de mierda.

“Nuestro gozo
en un pozo
en el suelo
en una cama.
donde sea,
pero nuestro”, decías.
Por lo menos, a cada gato (por cerdo) siempre le llega su San Martín.

jueves, 19 de febrero de 2015

Hilo

Soy torpe, ¿vale?
Siempre me pincho si intento coser. Cuando utilizo pegamento fuerte me pego antes que nada los dedos. Se me da mal hacer puzzles y no sé montar muebles de Ikea. 
¿Cómo espera la vida que sea capaz de unir los trocitos que quedan cuando todo se rompe? ¿O, peor aún, que consiga mantenerlo sano y salvo? 
Que si bailo bajo la lluvia me resfrío, que si me pierdo tengo que llamar a alguien para que venga a buscarme, que si leo dentro de un coche me mareo.
Nacemos y vivimos solos; es nuestro deber estar preparados para salir adelante. 
Sin embargo, lo irónico es que esa vida que tanto espera y exige de ti, siempre (siempre, siempre) pone a algo o alguien delante tuyo (o detrás, sin que lo veas). Y ese algo/alguien se convierte en pegamento, en hilo o en aguja. Y te ayuda a unir, pero a la vez se convierte en otro trocito que algún día estará suelto cuando todo vuelva a romperse.

jueves, 29 de enero de 2015

Despierto

Despierto.
La luz lleva un rato estorbándome en la cara.
Despierta.
Aún sin abrir del todo los ojos, giro la cabeza sobre la almohada, seguida del resto del cuerpo.
Parpadeo cinco o seis veces hasta que consigo entornar la mirada.
Miro por unos segundos lo que tengo enfrente para llegar a la conclusión de que sí que estoy en mi cuarto.
Me estiro.
Me encojo.
Hace calor, pero no quiero destaparme; la mala costumbre de dormir sin pantalones me ha causado más de un resfriado.
Cojo el móvil. 49 whatsapps de grupos y ninguno interesante.
Dejo el móvil.
Me paso la mano por la cara a modo de caricia propia.
Inspiro.
Miro a un punto fijo.
No me muevo, ni si quiera parpadeo.
Comienzo a dormir despierta.

 

Y así, pasan unas cuantas cosas más durante varias horas: me levanto, como, hablo, río, lloro, me gustan cosas, escribo, compro, salgo, me emborracho, bailo, entro, me dejan de gustar cosas, leo, me caigo...
 

Hasta que llega un momento en el que dejo de moverme, ni siquiera parpadeo.
Miro a un punto fijo.
Suspiro.
Me dejo caer la mano en la cara a modo de hostia propia.
Dejo el móvil. 13 whatsapps, pero ya ninguno interesante.
Hace calor y no quiero taparme; opto por dormir sin pantalones.
Me encojo.
Miro por unos segundos lo que tengo enfrente para llegar a la conclusión de que veo lo mismo de siempre.
Parpadeo cinco o seis veces hasta que consigo entornar la mirada.
Aún sin cerrar del todo los ojos, giro la cabeza sobre la almohada, seguida del resto del cuerpo.
Medio dormida.
Apago la luz del flexo, que ya me estorba en la cara.
Duermo.

martes, 27 de enero de 2015

MUNDOS

Saber qué decir, 
pero no tener palabras.
Leer,
buscar,
mirar
refugiarse en una cama.

Mirar al núcleo
desde fuera del átomo.
Desde un lugar que ni si quiera existe
y en un momento imaginario.

Que no hay sitio más libre
que este en el mundo,
tanto que ni si quiera yo
puedo dominarlo.
Donde hay luz,
donde las cosas
ocurren despacio.

Con los domingos como forma de vida
con la nostalgia como forma de verla,
con los recuerdos como arma
que podría destrozar la Tierra.

El silencio como banda sonora.
El silencio por sí mismo.
La voz de las horas
Y un poema que hace ruido.

Todo lo que diría
todo lo que me callo,
aquello por lo que escribo
aquello por lo que estallo.