jueves, 19 de febrero de 2015

Hilo

Soy torpe, ¿vale?
Siempre me pincho si intento coser. Cuando utilizo pegamento fuerte me pego antes que nada los dedos. Se me da mal hacer puzzles y no sé montar muebles de Ikea. 
¿Cómo espera la vida que sea capaz de unir los trocitos que quedan cuando todo se rompe? ¿O, peor aún, que consiga mantenerlo sano y salvo? 
Que si bailo bajo la lluvia me resfrío, que si me pierdo tengo que llamar a alguien para que venga a buscarme, que si leo dentro de un coche me mareo.
Nacemos y vivimos solos; es nuestro deber estar preparados para salir adelante. 
Sin embargo, lo irónico es que esa vida que tanto espera y exige de ti, siempre (siempre, siempre) pone a algo o alguien delante tuyo (o detrás, sin que lo veas). Y ese algo/alguien se convierte en pegamento, en hilo o en aguja. Y te ayuda a unir, pero a la vez se convierte en otro trocito que algún día estará suelto cuando todo vuelva a romperse.

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