Te propongo pasar la noche sembrado
tempestades y recoger mañana el viento que quede. Pero cuidado, que de noche
todas las gatas son fieras porque más vale gato en mano que cientos maullando.
Además, muerto el perro solo quedan gatos. Que más sabe la gata por fiera que
por gata…
Pero vamos, no te asustes. Quien
evita la ocasión se pierde el peligro. Piensa mal y verás que el mal no es tan
malo. Porque no hay mal que por locura no venga, y todos sabemos que un loco
saca a otro loco (como si de clavos se tratase). Más vale malo conocido que
bueno por conocer. Porque lo bueno siempre termina aburriendo. Y lo sabes.
Piensa que, al final, los gatos siempre
tiráis al monte, porque sabéis que más vale estar solo que siempre en la misma
compañía. Y ni se te ocurra decir: “Yo de esa boca no beberé”, porque cuando
hay sed cualquier boca es buena. Acabarás diciendo: “Dámelo y dime tonto, pero
dámelo”. Que sobre gatos ya hay
demasiado escrito.
Sin embargo, es cierto que el que la
sigue, si no la consigue del todo, al final se cansa. Por eso, donde una vez hicimos
fuego ahora solo quedan cenizas. “Busca gatos y te sacaran los ojos”, decían. Porque
a quien a buen vertedero se arrima, buena sombra le cobija, pero se me escapó el detalle de que estaba repleta
de mierda.
“Nuestro gozo
en un pozo
en el suelo
en una cama.
donde sea,
pero nuestro”, decías.
Por lo menos, a cada gato (por cerdo)
siempre le llega su San Martín.