domingo, 1 de noviembre de 2015

SPIN

En las relaciones públicas, "spin" es un término peryorativo para hacer referencia al modo en que alguien retrata un acontecimiento o una situación de modo muy tergiversado, en beneficio propio. 

No es nada más allá de lo que todos hacemos con nuestras vidas: cualquier cosa que nos sucede la llevamos más allá de la simple situación, siempre, claro está, buscando ventajas y más ventajas para nosotros. ¿Y es esto malo? En un principio, no; lo realmente malo es que no lo hagamos.

Hay momentos en los que ninguna circunstancia es "digna" de nuestra atención, nada nos parece que vaya a producirnos un beneficio, sino más bien un calentamiento de cabeza innecesario. Nos acomodamos en nuestra incomodidad, nos sentamos a ver pasar en una pantalla imaginaria nuestra vida cada día, como si no formásemos parte de ella. Porque siempre llegarán tiempos mejores, dicen.

Por la facilidad de acción que supone, mucha gente se instala en esa posición durante, prácticamente, toda su vida. El "no estoy bien, pero tampoco estoy mal", les es suficiente. Otras personas, sin embargo, lo convierten en un "no estoy mal, pero tampoco estoy bien" que les jode la vida a ratos. Y, como (a pesar de todo) orgullosa perteneciente de este último grupo, creo que me estoy dando cuenta de que no es cuestión de comprarse ropa, conocer gente nueva* ni beber cerveza masivamente. La solución no está fuera, sino dentro. 

Tal vez, hay personas a las que las etapas de la vida le afectan especialmente. El fin de una y el comienzo de otra, para ellas, es irreversible y totalmente necesario. Lo jodido de todo esto, es que la mayoría de veces no se sabe cuándo acabar ni cómo empezar. Y menos aún, se sabe el por qué se necesita. 

Pero hay una cosa más jodida aún: ¿y si el cambio que tienes planeado no es suficiente? Entonces solo queda confiar en el destino y en su menosmalqueexiste factor inesperado. Al fin y al cabo, los cambios que realmente marcan son los que no se esperan, pero tampoco es gratificante sentarse a esperar lo inesperado.

En fin, me remito (más o menos) al título de una película: ¿qué debes esperar cuando estás esperando?

*(PD: No, Javi, no me sirve esa terapia, pero por tu culpa me he descargado aquí, así que te perdono.)