domingo, 1 de diciembre de 2013

Hasta echarte de más

Solo merecería la pena intentarlo
si alguna vez, antes o después de conocerme, 
hubieses pensado

en besos que empiezan siendo de buenas noches 

y acaban siendo de buenos días;
en el último botón de mi camisa, 
o, por lo menos, en el primero.

En el beso de "bésame hasta echarte de más ahora 
para no tener que echarte de menos luego";
en dejar que el viento nos lleve a dónde quiera 
si el problema es que no sabemos 
por dónde cojones avanzar.

En que "joder, cómo jodes a veces";
en los inviernos de nieve que pueden no ser de frío;
en los lugares que nos roban las sonrisas que nos debemos;
en las curiosidades que intentamos convertir en casualidades, 
como si pudiésemos comernos el destino.

En que todo vuelve, todo pasa, todo vuelve, todo pasa 
y ni tú ni yo sabemos qué nos va a tocar 
en el último pétalo de la jodida margarita;
en que los marcos sin foto no son bonitos 
y tengo la habitación llena.

En tanto que tenemos aún por darnos 
y en que nos faltan los momentos 
y hasta el aire, a este paso.

Si alguna vez lo has hecho,
haz que intentarlo valga la pena, 
que yo me encargo de que valga la euforia.






miércoles, 11 de septiembre de 2013

Puntos

Porque siempre volvemos a un punto. (Hasta el día que se borre de tanto pisotearlo y busquemos pintura para arreglarlo. Pero sabremos, de antemano, que no la encontraremos, porque eran la textura y el color perfectos; y ese jodido punto era igual que aquel lunar). Brindemos por ese punto. Y por los tuyos y por los míos, esos que se borrarán la próxima vez que volvamos.

lunes, 9 de septiembre de 2013

El mundo se acaba y nosotros nos miramos

El mundo se estaba acabando y ellos se miraban en la distancia. Sin moverse, sin llorar, sin reir, sin decir algo.
Y el mundo giraba y gritaba a sus espaldas. Cada uno de ellos, sin embargo, solo escuchaba su propia respiración.
Morían por besarse, pero no quedaba tiempo.
Caminaron, despacio, uno en dirección al otro, hasta que la distancia se redujo a 10 centímetros.
Las palabras no salieron, pero sí una lágrima de los ojos de Martina. Él no la secó, pero, mientras tanto, le acarició los labios con un dedo.
Se miraron por última vez, aún más cerca.

Y el mundo estalló en mil y dos pedazos.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Sapos y charcas

Príncipes convertidos en sapos feos y princesas que pasaban a ser charcas. Los sapos, con sus enormes y furiosas ancas, chapoteaban, chapoteaban y chapoteaban hasta dejar las charcas vacías. El llanto de sus princesas interiores las volvía a llenar. Y, de nuevo, ellos chapoteaban, chapoteaban y chapoteaban.

De eso iba el cuento que mamá le contaba a Martina antes de ir a dormir con moratones semiescondidos y lágrimas en los ojos. Mamá llenaba charcas.

jueves, 11 de julio de 2013

Dime cómo lo haces

Dime cómo lo haces para que todas las canciones hablen de ti.

No te acuso de quedarte a vivir en mis ojos, en mis oídos, 
porque tú no tienes la culpa de ser la musa de todos los artistas.

O tal vez sí, por ser tal eres, por ser tan tú. 
Por hacerlo así, como lo haces.

Y quien habla de "musa", habla de "muso". 
Y quien habla de "tú", habla de ti, concretamente.

viernes, 5 de julio de 2013

lunes, 24 de junio de 2013

Si supiese que me oyes

Si supiese que me oyes, gritaría.
Y en caso de no gritar, podría escribir,
que es lo único que me llena;
o me vacía.

Pero me coges las manos y me tapas la boca
y no como quisiera.
Me encierras a oscuras en el baño
y me obligas a que llore
o gima
por ti.

Si supiese que me crees, creería.
En esto, en eso, en aquello;
en ti, en mi, en el resto.
En la verdad e, incluso, en la mentira.

Pero me da la impresión
de que mi mundo está en tus manos
y yo soy una pluma
sin tinta
sobre tu papel desgastado.

Si supiese que me piensas, pensaría.
Y pienso.
Pero lo haría diferente,
sin culpar a la mala suerte
sin joderme en cada esquina.

Pero actúas a modo de fantasma
rompes puertas y ventanas
y después desapareces.
Pasas, dejando casas rotas
y camas confundidas,
que no saben si estuviste y las dejaste
o si ni siquiera entraste.

Si supiera que te vas, me iría antes.
Me alejaría despacio
del caos que provocaste.
Y tú, inocente, quizá meterías la mano.

Entonces, entenderías
por qué quise irme y que me vieses;
por qué quise pensar si me pensabas;
por qué quise creer que tú creías;
por qué quise gritar
y que me oyeses.

miércoles, 12 de junio de 2013

Entre líneas

Ám
(t)
ame despacio. 

Y otras formas de hablar(t) entre líneas.

De qué va esto

Os contaré un poco de qué va esto:
María Navarro. 19 inviernos.
Hago como que estudio Publicidad y RR.PP. No vais a leer que es mi vocación desde niña. O sí. Mierda, ya lo habéis hecho. Pongamos, pues, que mi niñez empezó hace año y medio.


Escribo cosas. Cosas de muchos tipos. Entre otras, cosas parecidas a esta. Lo hago de madrugada: las mejores. Destacaré que soy una perfecta poetisa y una fashion model.

Humilde.

Esto último es mentira (¡sorpresa!). Y adoro que lo sea.

¿Mentirosa? No, persuasiva.

Ambiciosa: "Marcada por querer lo mejor y dispuesta a trabajar duro para lograrlo." - Stanford Research Institute.

Escribo más cosas. Demasiadas para un eslógan, ¿no? Quizá, por esto, estoy cayendo, en picado, en el Periodismo. Veo venir un doble grado, aviso.

Visto lo visto, un día llegaré a un periódico diciendo:
"Dejadme escribir poesía, ¡os lo ruego! Quiero que el mundo sepa lo mona que está la vida y lo jodido que está el cielo."

Bonito eslógan.


Básicamente, esto es lo importante. O no. En fin, el mundo es subjetivo y mi autobiografía aún más. O no.

Bah, dejémoslo.
"¿Y por qué ahora?" - Pregunté yo, que también soy de preguntármelo todo.


jueves, 30 de mayo de 2013

Líos de sábanas

Vivo líos de sábanas imposibles cada noche. 
A veces, también cada día, 
pero los días son menos intensos cuando de líos se trata. 
Y de sábanas. Y de imposibles.
Y a mí, esas tres cosas, o me las das intensamente o no me molesto en mirarlas.

Me acuesto, los miro (¿me miran?) y caigo. 
No soy facilona, que quede claro, 
pero cuando una cosa está con los puntos en su sitio… es que me vuelvo loca.

Sin embargo, tampoco soy imbécil. 
El amor no es ciego, sino al revés; 
y ojos que ven como los míos hay muchos. 

En un primer instante, 
parece que han sido diseñados 
exhaustivamente para mí. 
En un segundo instante, 
sé que otras cinco personas pensaron lo mismo.

Además, soy realista: 
si vinieron se irán; así, como llegaron; así, como si nada. 
Y es que la mayoría ya tienen propietario 
y los anónimos… 
Los anónimos, si aún no tienen dueño, por algo será, ¿no?

Así pues, los únicos totalmente accesibles 
son los que yo sola me hago.
Por las noches
o por el día.


Pongamos que voy muy borracha 
y pongamos que puedo leer. 
Entonces, 
si me dejo llevar 
y me enamoro de un verso,
¿qué hago?
¿me lo tiro?

domingo, 26 de mayo de 2013

En todos los bares, las camas, las calles


La buscó en todos los bares, todas las camas, todas las calles.
Ella se escondía detrás de cada puerta, detrás de cada casa, detrás de cada esquina.

Ella, siempre, tuvo miedo y dos manos encima.

sábado, 25 de mayo de 2013

Nací en esta ciudad para odiarla

Nací en esta ciudad para odiarla. 
Soñé con despedirme de ella sacudiendo un pañuelo blanco desde la ventanilla de un tren. 
Sin embargo, lo que siempre me frenó es que, por ciudades como la mía, no suelen pasar muchos trenes; ni muchos sueños.

Nací en esta ciudad para hablarle duro y claro. 
Ni ella quiere lo que tengo ni yo tengo lo que quiere; ella no tiene lo que quiero ni yo quiero lo que tiene: ¿qué estamos haciendo, pues?

Nací en esta ciudad para marcharme. 
Junto a ella, siempre opté por olvidar todo lo que aquí me retenía. 
Ahora entenderás que no apostar fuerte por nada nunca fue una elección mía, sino una necesidad que funcionaba a modo de amnesia provocada.

Crees que te suelto a ti y, en realidad, la suelto a ella.

Pero, si no consigo encontrar mi camino, prométeme que me cogerás en brazos y me llevarás a casa.


viernes, 24 de mayo de 2013

Es un paso, piso y aviso en toda regla


Es un paso, piso y aviso en toda regla.
Camina de forma sutil y descaradamente discreta, pero, sin duda,
hunde todo lo que queda bajo sus pies 
vestidos con Jeffrey Campbell negras. 

Sin embargo, hay calles mal asfaltadas y suelos que no son planos.
Avanza con prudencia. No le importa tropezar, pero no quiere caer.
Y es que a ella le mantiene en pie el hecho de levantarse
antes de llegar a tocar el suelo con las manos.


No busca hacer el mal. El bien tampoco.
En realidad, es cuando no busca nada que se lo encuentra todo.


jueves, 23 de mayo de 2013

A veces creo que enciendes luces


A veces creo que enciendes luces, muchas luces. Y luego, exageradamente despacio, vas apagando una a una sin que nadie se percate.
Es al final, que el mundo está completamente a oscuras, cuando la gente se da cuenta de que te ha ido perdiendo, sin enterarse.

Ese es el momento en el que más piensan en ti, en ese preciso y precioso instante.