Nací en esta ciudad para odiarla.
Soñé con
despedirme de ella sacudiendo un pañuelo blanco desde la ventanilla de un tren.
Sin embargo, lo que siempre me frenó es que, por ciudades como la mía, no suelen pasar muchos trenes; ni muchos sueños.
Nací en esta ciudad para hablarle duro y claro.
Ni ella
quiere lo que tengo ni yo tengo lo que quiere; ella no tiene lo que quiero ni
yo quiero lo que tiene: ¿qué estamos haciendo, pues?
Nací en esta ciudad para marcharme.
Junto a ella, siempre
opté por olvidar todo lo que aquí me retenía.
Ahora entenderás que no apostar
fuerte por nada nunca fue una elección mía, sino una necesidad que funcionaba a modo de amnesia provocada.
Crees que te suelto a ti y, en realidad, la suelto a ella.
Pero, si no consigo encontrar mi camino, prométeme que me cogerás en brazos y me llevarás a
casa.
Muy profundo.
ResponderEliminarPosdata: lucha por aquello que quieres.
¡Muchas gracias! Sí, es algo que suelo hacer. Eso sí, siempre y cuando hayan posibilidades de victoria.
Con la última frase me ha venido a la cabeza otra: "te llevaría si tú te dejaras llevar, algún día..." Es de Carlos Sadness -por si no le conocías-.
ResponderEliminarOjalá ciudades y personas fueran la misma palabra.